Esta historia nos lleva 19 años atrás, siendo 13 de Marzo de 1992 a las 12 de la noche, Javier Diaz estudiante destacado de medicina de la Universidad del Rosario salía de una de sus habituales fiestas de viernes a las afueras de Bogotá.
Se dirigía hacia su vehículo lentamente, ya que estaba demasiado ebrio para moverse con agilidad. Al momento de subirse, se dispone a encender el motor para irse, ya que su camino a casa es demasiado largo. De pronto, alguien grita: "Hermoso espera por favor", era una hermosa mujer de unos 20 años, medidas perfectas, paisa y con una hermosa voz. Esta se dirige a su ventana para comunicarle que no tiene quien la lleve, y que debía llegar temprano a su casa, porque sus padres eran muy estrictos con su hora de llegada y no quería tener problemas; Javier sin dudarlo le dice: "Súbete" con un tono de voz un poco entrecortado y atontado.
Javier pensó que esa noche había sido perfecta, tomo, bailo y consiguió varios números de teléfono de mujeres hermosas, e iba solo a las 12 de la noche con una mujer perfecta. De un momento a otro, la mujer le pidió que la dejara a la orilla de la calle, Javier le hizo caso. Al momento en que ella se bajo del carro. Camino 3 metros a la otra acera, Javier arranco, miro por el espejo retrovisor, vio el momento exacto en que atropellaron a la hermosa mujer. Cuando miro al frente de nuevo, un carro se estrelló de lleno con él.
Esto es lo último que recuerda, según la gente que lo vio salir, ninguno vio a nadie en su carro, el iba solo, y esa noche en el sector ese fue el único accidente que ocurrió, no hubo ni atropellados ni estrelladas además de la suya. Javier cuenta su historia con miedo, y dice que aprendió que no debía recoger a personas extrañas en medio de la oscuridad.